viernes, 27 de noviembre de 2015

Entrevista a Ceci Curbelo♥

Hace un tiempo le hicimos una entrevista a Cecilia Curbelo, una escritora uruguaya que además de escribir libros, tiene una revista para adolescentes llamada Upss!, que sale con el diario El País.

Algunos libros para adolescentes que ella escribió:
La decisión de Camila
Las dos caras de Sofía
La confesión de Micaela
La otra vida de Belén
La búsqueda de Lucía

¿Cómo comenzaste con la revista?

Era un sueño loco que arrancó a mis 12 años cuando le comenté a mi padre que estaba cansada de las revistas argentinas y quería una que fuese uruguaya. En ese momento, era eso: un sueño. Luego de mucho camino recorrido, de haber estudiado, recibido, trabajado, etc. surgió la idea de presentar la revista que tenía pensada al diario El País... y como el diario ya tenía una idea rondando, bueno, nos juntamos y salió Upss!

¿Siempre te gustó la lectura?

Sí, siempre. Fue y es mi gran pasión. Soy de esas personas que no pueden dormir si no leyeron antes, y además tengo que tener varios libros sin leer para quedarme tranquila de que si termino uno ya puedo comenzar otro. De chiquita me quedaba a escondidas hasta bien tarde en la noche leyendo...

¿Qué te inspiró a hacer una revista para jóvenes?


Las ganas de que hubiera algo hecho por uruguayos, de que es posible. Siempre se creyó que "acá no se puede", y me parece que somos varios los que de a poco estamos derribando ese mito.

¿Qué opina tu familia sobre esto?

Mi esposo y mi hija son un sol, la luz de mi vida. Ellos me han apoyado siempre. Como yo empecé de abajo y sin ningún "padrino", me costó muchísimo llegar a donde estoy. Y en las épocas difíciles pasamos juntos momentos inolvidables, repartiendo por ejemplo revistas gratuitas a pie durante horas, o mudándonos a algo más económico para que yo pudiera seguir mi sueño de escribir y dejar un trabajo de 13 horas que, aunque bien pago, no me hacía feliz... Así que ahora cada éxito, cada triunfo, es familiar. Es algo que construimos juntos... Al día de hoy siempre agradezco el apoyo y la paciencia que me tienen, porque ser escritor es un trabajo muy solitario. Estoy físicamente pero no mentalmente... Y no cualquiera soporta algo así.

¿Alguna vez pensaste que la revista iba a tener tanto éxito en el país?

Sí, estaba segura que iba a ser exitosa. ¡Sólo necesitaba la oportunidad de demostrarlo!

¿Cuándo pensaste en hacer un libro?

¡Toda la vida! Ja, ja! Publicar un libro era otro de mis sueños, tal vez el más grande. Cuando ya harta de presentar manuscritos en las editoriales y que me rebotasen todo, pedí un préstamo y me auto-publiqué. Así nació MUJERES SIMPLES, mi primer libro que fue dirigido a un público adulto, como los dos siguientes a ese, y que luego se adaptaron a teatro.

Si no hubieras hecho una revista... ¿cómo te imaginas ahora?
Aburrida, y con un trabajo aburrido, seguramente. Frustrada también.

¿Qué otra cosa te gusta hacer además de escribir para la revista o para un libro?
Me encanta lo simple de la vida: andar en bici, caminar por la playa, juntar piedras (me encantan las piedras), ¡y adoro con toda mi alma dormir!

¿Cómo imaginas tu futuro?

Me lo imagino en un lugar medio solitario, fuera de la ciudad, más cerca de la naturaleza, con mi esposo... Y escribiendo. Siempre escribiendo y leyendo. Eso no me puede faltar. Aunque sea escribiré para un blog, pero ahí estaré aportando algo también.

Sabemos que tienes una hija, Rocío; ¿qué piensa ella acerca de esto? Básicamente escribís cosas para jóvenes y ella debe rondar por esta etapa.

Ella se crió conmigo así. Para ella es normal. No se cuestiona nada... Lo que sí noto es que, como en los libros trato muchos temas que ahora está viviendo, es muy de confiar en mis consejos para resolver situaciones. Incluso sus amigas son de consultarme o preguntarme, es muy gracioso porque me llaman "Curbelito", ¡son un amor!

¿Te ayuda con parte de la información que es publicada en la revista?

No, para nada. Soy yo la que la informo a ella. Rocío de hecho prácticamente no lee la revista. Ella es amante de la música y se la pasa tocando la guitarra eléctrica. Este año también quiere aprender a tocar la batería. Es muy diferente a mí. Yo soy coqueta, ella es más bohemia. Yo soy lectora, ella es música. Yo soy más del campo, ella se muere si no está en la ciudad.

Hay algunos jóvenes que quieren dedicarse a esto, y nos gustaría que nos dieras algún consejo para ellos.

El único consejo que puedo darles es que sean perseverantes en lo que quieran hacer. Segurísimo se van a caer muchas veces, se  van a decepcionar. Hay gente que los va a tratar mal, van a despreciar su trabajo... pero hay que seguir, y mirar por encima de todo eso, porque la vida es una y tenemos que hacer todo lo posible para lograr dedicarnos a lo que amamos. La gente siempre va a criticar, está en la esencia humana. El tema es que podamos escapar de esa mediocridad y dedicar el tiempo en vez de a criticar, a crear.

Sofi♥

martes, 24 de noviembre de 2015

Delmira Agustini♥

Nació y fue criada en una familia que a pesar de tener conductas estrictas, le dieron la posibilidad de cultivarse culturalmente y desarrollar su creatividad. Su padre, Santiago Agustini, uruguayo, y María Murtfeld Triaca, argentina.
Fue una poeta modernista uruguaya del siglo XIX.
Sus obras siguen la línea modernista y están llenos de feminismo, simbolismo, sensualidad y sexo.
Entre sus títulos se destacan los siguientes;
El libro blanco (1907)
Cantos de la mañana (1910)
Los cálicesvacíos (1913)
El rosario de eros (1924)
Los astros del abismo (1924)
Correspondencia Sexual (1969)


Delmira fue una pionera importante porque gracias a su historia, las mujeres, hoy en día tenemos el derecho de divorciarnos por nuestra propia desición.

Contrajo matrimonio con Enrique Job Reyes el 14 de agosto de 1913, pero por diferencias matrimoniales lo abandonó un mes y medio más tarde, divorciándose el 5 de junio de 1914. En julio del mismo año muere asesinada por su exesposo, quien después se suicidó. 

Si quieren saber un poco más sobre esta historia, les dejamos un link: 100 autores del Uruguay

Fati y Sofi♥

miércoles, 4 de noviembre de 2015

XIX♥

Por tus ojos encendidos
y lo mal puesto de un broche
pensé que estuviste anoche
jugando a juegos prohibidos. 

Te odié por vil y alevosa
te odié con odio de muerte
náusea me daba de verte
tan villana y tan hermosa. 

Y por la esquela que vi
sin saber cómo ni cuándo
sé que estuviste llorando
toda la noche por mí. 

-José Martí



Fati y Sofi♥

A la deriva♥

Traemos esta historia de Horacio Quiroga, que, como la mayoría de sus cuentos, sugiere lo que es la muerte y la soledad.
A nosotras nos gustó mucho y queremos compartirlo con ustedes.

Trata sobre un hombre que es mordido por una yararacusú; esta mordida trae efectos o síntomas que desatan un momento decisivo en el que este hombre requiere la ayuda de su compadre, quien le niega la ayuda...

Acá les dejamos la historia, ¡esperamos que la disfruten!

El hombre pisó algo blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro ataque.
El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.
El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.
El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.
Llegó por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.

-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un estertor-. ¡Dame caña!